En nuestro país, casi 14 millones y medio de personas se atienden en la Salud Pública. Son usuarios de Fonasa que reciben atención gratuita en los consultorios, Cesfam y Hospitales. El problema es que la espera para una cirugía -por ejemplo- puede demorar años.
Quienes se atienden en la Salud Privada son poco más de 3 millones de personas. En el último tiempo, 300 mil afiliados migraron desde las Isapres a Fonasa.
Quienes cotizan en las Isapres, hoy están preocupados. Durante largos años las Isapres han mantenido miles de planes de salud distintos: discriminaron a las mujeres a los mayores y a las personas con enfermedades crónicas, subieron sus precios hasta colmar la paciencia de miles de afiliados que llevaron sus reclamos a los tribunales para intentar frenar las alzas y lo consiguieron, en la mayoría de los casos, la Justicia les dio la razón a esas personas, hasta que la Corte Suprema dijo basta: las Isapres tienen que ceñirse a la tabla única de factores que elaboró la superintendencia en el año 2019: una tabla estándar. Además, tienen que devolver a la gente los cobros que se realizaron en exceso.
Si las Isapres dicen que no pueden pagar y amenazan con desaparecer, ¿cuál es la fórmula de salida?
Conversamos con el Senador de la Región de O'Higgins, Juan Luis Castro, Presidente de la Comisión de Salud del Senado.