El presidente Gabriel Boric consideró que sería "una arrogancia" de su parte decir que está libre de un nuevo estallido social. Sin embargo, destacó que su gobierno recoge el malestar ciudadano que generó la crisis de 2019.
"Uno como Presidente de la República tiene el deber de ponerse en todos los escenarios y yo no soy de aquellos que dice 'esto no me va a pasar a mi'", respondió el mandatario en entrevista con radios regionales, al ser consultado por la posibilidad de una nueva revuelta social.
En ese sentido, enfatizó que en su gobierno están "trabajando para que el malestar, no solo pueda ser contenido, sino que la gente y nuestros ciudadanos sientan que estamos haciendo todos los esfuerzos para mejorar materialmente sus condiciones cotidianas de vida".
"El estallido social, más allá de estar a favor o en contra, habla de una fractura de la sociedad chilena, producida por una profunda desigualdad y por la falta de acceso a derechos en igualdad de condiciones y por eso las reformas estructurales que hemos propuesto", agregó.
Consultado por cómo actuaría ante una situación similar a la que enfrentó Sebastián Piñera, Boric dijo que "por supuesto" reaccionaría de manera distinta. "Venimos de tradiciones políticas distintas, yo me formé políticamente en las movilizaciones, en el movimiento social".
"En ningún caso soy un Presidente que se las sepa todas y una de las cosas que me preocupo permanentemente es de estar escuchando, conversar con la gente (...) Ahora, yo no digo 'esto a mi no me pasará', porque creo que eso sería una arrogancia. Yo espero que no lleguemos a una situación como esa", finalizó el jefe de Estado.
Con 67 votos a favor, 76 en contra y 7 abstenciones, la Cámara desestima la ofensiva impulsada por el Partido Republicano, que buscaba la destitución de la jefa del gabinete del presidente Boric.
La decisión se tomó tras la apertura de un cuaderno de remoción que reveló múltiples infracciones que afectarían la independencia judicial y el debido proceso.